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ISSN 1989-4163

NUMERO 76 - OCTUBRE 2016

Cuéntame Cosas que no me Importe Olvidar

Francisco Marín

Autor: Pablo de Aguilar González. Editorial: Ediciones del Serbal (2016). 214 pgs. 19,95 €.

     

Cada quién puede pensar lo que quiera sobre el discurrir diario de la vida, sobre el día a día de cada uno de nosotros. Hay algo de lo que estoy convencido (en algún momento me detendré en el tema) y es que el azar no existe, ni en la vida y, aunque parezca mentira, ni en la ruleta. Todo lo que sucede es causal no casual, los hechos diarios proceden de causas diversas y encadenadas hasta tal punto que todos estamos, de algún modo interconectados.

La vida discurre sin que nos demos cuenta y sin guión que la dirija… ¿seguro? Es por ello que intentar escribir sobre ella o desde ella pudiese resultar imposible. Esa idea la ha superado y con nota Pablo de Aguilar al regalarnos Cuéntame cosas que no me importe olvidar. Recoge una serie de historias que al iniciar su lectura nos puede sorprender… pensamos que están algo deslabazadas, sin sentido. Tal cual es la vida, sin explicación en muchas situaciones, sobre todo la vida en una cola del paro…

Un grupo de parados se reúnen todos los días en el parque frente a la oficina del paro en la que se han conocido. Uno de ellos siempre invita a tabaco pero una mañana no aparece y descubren que ha sido asesinado. Susano es sospechoso de su muerte: había comido el día antes con él. Sin embargo, ese no es el único (quizá tampoco el menor) de sus problemas: también está a punto de ser desahuciado por no pagar la hipoteca, se ha enamorado de la sobrina de su exmujer, y aloja a una pareja de policías amantes en su casa. El resto de parados del parque también tienen sus propios problemas y, todos juntos, componen un conjunto de historias que Susano le va contando a su amigo, enfermo con un cáncer terminal, mientras le hace compañía. Esas historias que no le importará olvidar cuando muera.

No se si era su intención o no; en la entrevista, que acompaña a esta reseña, algo nos aclara; desarrollar una novela negra, pero le ha salido redonda. Su maestría nos vuelve a dejar con la boca abierta –lo demuestra perfectamente al cuadrar un final de descubrirse y aplaudir- y con un cambio de registro respecto de lo que nos presentó en Lo que está por venir.

Grande Pablo, grande su escritura y grande el mensaje que, entre líneas, nos deja.

Pablo de Aguilar González (Albacete, 1963) reside en Molina de Segura (Murcia) desde el año 2000. Es analista-programador de software, labor que combina con la escritura.

Ha publicado las novelas Los pelícanos ven el norte (ganadora del Tercer premio Qué Leer Volkswagen, 2010) e Intersecciones (finalista del Segundo premio Qué Leer, 2009) así como varios relatos breves por los que también ha recibido premios. Entre otros, Marcelina (Tercer premio Certamen de Narrativa Breve Canal Literatura, 2009); Regreso (Segundo premio relato corto «Concurso literario de poesía y relato corto Emilia Pardo Bazán, 2007»); y Angustia (Tercer premio en el IX Concurso de Narraciones Breves del Ideal de Granada, 2005). En el año 2015 publica Lo que está por venir (Ediciones del Serbal).

Pablo de Aguilar González es, además, miembro de la Orden del Meteorito de Molina de Segura.

Pablo de Aguilar se confiesa a Agitadoras…

P.- ¿Cómo, cuando y por qué nace Cuéntame cosas que no me importe olvidar?
R.- Cuéntame cosas que no me importe olvidar nace antes de nacer. Me explico: Lo primero que apareció fue el título, en un cuento de Amy Hempel. Me encantó la frase y la guardé sabiendo que algún día sería el título de una novela. Después, al principio de la crisis, yo estaba enfrascado en otro manuscrito. No sabría decirte cuál, pero pensé que quería escribir sobre toda esa gente que se estaba quedando en la cuneta. Como se hace en las recetas de cocina, también lo reservé. Y por fin llegó el momento de ponerse a escribir. Quizá sea ese su segundo nacimiento. Me planteé una serie de personajes desheredados por la sociedad, cada uno con un modo de afrontarlo distinto. ¿Y qué son esas cosas que, a veces, no nos importa olvidar? Sí, esta realidad. Así que ya cuadró todo. Terminé el manuscrito y, tiempo después, tuve la suerte de que Ediciones del Serbal quisiera incluirlo en su colección La Orilla Negra junto a otros grandes autores de novela negra de ambas orillas de Atlántico. Y podemos decir que ese fue su nacimiento definitivo.

P.- ¿Qué tipo de terapia sigue y cómo ordena su cabeza para pasar de Lo que está por venir a esta otra historia?
R.- Pues no sabría decirte muy bien. A veces, cuando estoy cerca de terminar una novela, la idea de la siguiente ya me ronda por la cabeza. Y hay momentos en que tengo que contenerme para no empezarla antes de terminar con la que llevo entre manos. Este es uno de esos casos. De todos modos, se pasa por un periodo de adaptación, de pensar mucho, tomar notas, acostumbrarte a un cierto cambio de voz. 

P.- ¿Cómo se le ocurre el título?
R.- Como he dicho antes, es una frase que leí en un cuento de Amy Hempel que me gustó tanto que guardé sabiendo que algún día sería el título de una de mis novelas. Es una pena que no sea mía, es verdad, pero le agradezco a Hempel que no titulara el cuento con ella (todavía no me lo explico). Si lo hubiera hecho, yo nunca la habría utilizado.  

P.- Los personajes no son difíciles de encontrar, pienso. ¿Tiene personas cercanas en la misma situación?
R.- Por suerte, en mi entorno cercano no hay nadie en situación tan desesperada como la de estos personajes. Es cierto que, en ciertos rasgos de algunos de ellos sí me he inspirado en gente que conozco y que no tienen por qué ser cercanos. Hay comportamientos que yo he observado en mi trabajo, en conversaciones, con la simple contemplación de la gente y que luego, unidos a la imaginación, van componiendo los personajes.  

P.- Cuando empecé a leer creía estar leyendo una serie de relatos a los que no había puesto título y pensaba en qué género lo encuadraría... ¿Usted la escribió pensando en crear una novela negra? ¿Qué quería escribir exactamente?
R.- Nunca me planteo qué género voy a escribir cuando comienzo una historia. Uno puede tener cierta idea si escribe sobre el pasado que andará cerca del género histórico o, si hay un crimen, que no estará lejos del negro. Pero yo ni siquiera supe que había escrito una novela negra hasta que El Serbal se entusiasmó con ella y quiso incluirla en La Orilla Negra. No me fijo mucho en los géneros, la verdad. Es cierto que este libro podría haber sido un libro de relatos. Y, sin embargo, pienso que no habrían tenido la unidad que tienen como novela y que, además, por separado, no reflejarían igual el desgarro que quería mostrar. 

P.- Los autores que, de alguna manera, más le influyen ¿son de la tierra, nacionales o internacionales? o recibe, según el momento, destellos de unos y de otros.
R.- Siempre digo que los autores que más me influyen son los que tengo cerca y con los que puedo charlar y cambiar impresiones. Por supuesto que recibo destellos y, en ocasiones, amaneceres enteros de ellos. Y, también, mi forma de escribir tiene mucho que ver con los Dangerous Writters norteamericanos. Me gusta su forma de narrar y la hice un poco mía también.

P.- ¿Qué está leyendo en estos momentos?
R.- En este momento estoy cerca de terminar La sonrisa del Caimán, de Dauno Totoro, autor chileno y título que está también dentro de la colección La Orilla Negra.  

P.- ¿Qué tiene entre manos, con qué va a sorprender a sus seguidores?
R.- Pues en este momento hay dos manuscritos moviéndose por ahí. Uno de ellos lo tenía guardado en el cajón mucho tiempo y mi agente casi me regañó al leerlo por no habérselo dado antes, y otro que terminé a principio de año que vuelve a lo que podríamos llamar ficción histórica. Y, claro, comenzando el siguiente que, esta vez sí lo sé desde el principio, tiene pinta de novela negra. 

P.- Por favor, véndanos Cuéntame cosas que no me importe olvidar.
R.- Pues como ya he dicho en alguna otra ocasión, soy muy mal vendedor de mí mismo, pero podría decir que si a mí no me gustara, esa novela no habría visto la luz. Y por qué no recomendar algo que a uno le gusta, ¿no? Creo que a quien le atraigan las novelas de personajes auténticos la disfrutará bastante.

P.- Su experiencia en "Cartagena Negra 2016" fue ¿positiva, menos positiva, negativa o muy negativa? ¿Por qué?
Te ha faltado decir "muy positiva" que es lo que me pareció. Me parece una semana negra fantásticamente organizada que solo le falta la solera de los años para llegar a ser una de las de referencia en España. Además, disfruté de la compañía de grandes autores y el calor de un público numeroso y cómplice. No se puede pedir más.



 

 

Cuéntame cosas que no me importe olvidar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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